jueves, 18 de abril de 2013

Una carta sin final

A quien corresponda:

No quiero un amor épico, eso está bien para las películas, no quiero un amor perfecto, eso se lo dejo a los cuentos. Quiero algo real con errores, con dificultades, con pasiones, con dos seres humanos totalmente imperfectos uniendo sus almas para ser un complemento.


Un día te levantas, como cualquier otro, lo recuerdo bien, como si fuera ayer,  pensé que sería un día sin muchos detalles; trabajo, universidad, familia, nunca te imaginas que ese día el destino quería que conocieras al amor de tu vida.

No sé que fue, una confabulación de los planetas tal vez o quizás seres mágicos jugando con las cuerdas de nuestras vidas, como si fuéramos títeres de una gran obra de teatro, pero estuvimos ahí. Entré por la puerta de aquel restorant, sin esperar nada, más que hacer una muñeca de trapo. De repente te vi a lo lejos, recuerdo que me gusta enseguida, tu mirada marcaró mi camino, me guiaró a tu lado, después de las presentaciones y un par de risas, empezamos a congeniar, tú me hablabas, me sonreías y me mirabas, me ponías tan nerviosa, que no sabía cómo actuar, el corazón me palpitaba a mil por hora y había algo en mi que comenzaba a crecer, fue el momento correcto y la hora perfecta para que esas dos personas predestinadas a estar juntas al fin se conocieran.  No sé que fue, si confabulación de los planetas o una conspiración de seres mágicos o tal vez solo nuestro destino, pero no dejo de agradecer ese día, esa hora, ese lugar, nuestro momento.

Desde aquel día sigo aquí, y es que para mí todo nuestro amor es tan mágico, nuestras aventuras, nuestros viajes, nuestros cielos estrellados, nuestras locuras, tan únicas como nosotros, como nuestro amor. Sin mucho tiempo de conocernos nos fuimos a la playa, viajar a la playa un par desconocidos? Y es que había algo en ti, había algo en mi, confiábamos uno en el otro como si nos conociéramos desde vidas atrás y quizás sí, era como si eso tenía que suceder, desde el primer momento confiaste en mi, desde siempre confié en ti.   
Ya van a ser tres años de ese encuentro mágico, y aun que nos hemos querido separar por pensar que hay problemas que no podemos superar, nuestro amor no conoce de eso, no conoce de tiempo ni de espacio, sigue ahí, intacto y puro, no se corrompe  y si esto no es amor, estoy segura que se le debe de parecer.
Nuestras vidas siguen, pero nuestro amor también, es normal que nuestra vida sea distinta, que cambie constantemente, al ritmo que sigue la sociedad nadie tiene mucho tiempo para pensar en el amor, pero ahí es donde los amores no son iguales, los verdaderos luchan por permanecer juntos, encuentran espacios en sus agendas ocupadas y aun que no se vean todos los  días, cada día se enamoran más y más.  
Me preguntabas qué es lo que  quiero? Y la repuesta es tan fácil, quiero hacerte feliz , quiero que sonrías y que a veces la causa sea yo, quiero que sueñes y que en algún en ese sueño este yo, quiero que vueles y volar junto a ti,  quiero verte bien y quiero apoyarte en tu vida, quiero ser tu compañera, tu amiga, tu amante, tu confidente. Quiero ser parte de tu vida, ser testigo de tus risas, de tus malestares, quiero calentarte el alma, abrigarte el corazon. Quiero llenarte de mi amor puro y sincero, ser trovadora de nuestra historia, cada mañana un nuevo inicio, cada noche el mismo final: juntos en una cama,a abrazandonos el alma, besandonos el corazon.

Qué espero de ti? No más de lo que puedas dar. Cuando te vi aquella noche, cuando me desperte el día que te conocí, no esperé conocerte, no esperé encontrarte, simplemente las cosas se dan como tienen que darse, cuando tienen que darse, sin prisas, sin presiones, pero sin miedos también, y a la final creo que es eso se trata las historias de amor que no tienen final...

No hay comentarios:

Publicar un comentario